Todos quieren cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo.
León Tolstoi
A pesar de mi aversión por las trialeras (más bien odio), hoy me he marcado una ruta por la zona del puerto de Navacerrada, incluyendo una bajada por el famoso camino de la tubería, que desemboca en el mirador de las Canchas del valle de la Barranca. Leyendo los foros de mountain bike, se comprueba que más de uno alcanza el orgasmo con esta bajada. Ya lo dijo el torero, hay gente pa tó. En mi caso, la he bajado en dos ocasiones y siempre me hago el firme propósito de no repetir. No hay problema, volveré a tropezar en la misma piedra. Creo también que debe ser una cuestión de edad. Con los años, uno se vuelve más prudente. Perdón, quería decir más torpe.La ruta la he iniciado en Navacerrada pueblo, en la rotonda donde se inicia la pista que va a la Barranca. Los primeros 1.500 mts los realizo por la carretera M-607, en suave subida hasta llegar a la fonda Real. Aquí, tomo el desvío hacia el embalse de Navalmedio y en sus primeros metros abandono la carretera para coger la pista que sale a la derecha. Esta pista evita bajar hacia el embalse, y se retoma el camino del Calvario un poco más adelante. Tampoco se ahorra gran cosa, y por supuesto ninguno de sus tramos más duros. Como siempre, sigo pasando dificultades en las pendientes más empinadas y con piedra suelta. Me resulta inevitable echar pie a tierra en algún punto en el que pierdo la tracción. Pero no hay cuesta invencible y sin más novedad corono el puerto. Aquí, esperaba encontrar mucha gente ya que hoy pasaba la clásica ciclista a los Puertos. Pero nada de nada, los mismos montañeros de todos los domingos, los inevitables moteros y ni un solo ciclista. Tan solo unas vallas publicitarias delataban el paso de la carrera. Es cierto que era muy pronto, pero también es verdad que, en lo que a aficionados se refiere, entre unos y otros se están cargando el ciclismo. Los directamente implicados, corredores, directores, etc..., se quejarán después de la falta de patrocinadores. Y lo que es peor, se quejarán de la falta de apoyos por parte de los estamentos oficiales. Sin entrar en muchas honduras, se hace difícil explicar a los ciudadanos que el estado financia un deporte en el que el dopaje está generalizado. Esta es la percepción más habitual. Y tampoco los ciclistas hacen mucho por desmentirlo. Al contrario que en otros países, se echa de menos corredores valientes que asuman sus errores y colaboren para erradicar esta lacra. Aquí, lo habitual es echar la culpa al empedrado. Cualquier día, van a pillar a un ciclista español con la jeringuilla en el brazo y dirá que es diabético desde hace media hora. Y después, pronunciará la frase mítica: "voy a luchar por demostrar mi inocencia". El día que explicaron en el colegio el concepto de autocrítica, los ciclistas españoles hicieron pellas.
Una vez coronado el puerto, hay que seguir ascendiendo. Se toma la carreterilla que sube hacia la bola del mundo y se bordea el edificio del telesilla por la derecha (por la izquierda iríamos hacia la bola). El camino de las cabrillas (PR-17), nos lleva hasta un collado en el que se incia el descenso por el camino de la tubería. El primer tramo, hasta la curva de 180º a derechas, a mí me resulta totalmente inciclable. A partir de aquí, se alternan tramos cómodos con pasos de echar pie a tierra. Llegando ya al mirador de las Canchas, el sendero se suaviza y disfruto del descenso en medio de un espeso bosque. Ya en la pista, inicio una rápida bajada que me llevará a la zona del hotel. Nada más pasar los aparcamientos, cojo la pista de la izquierda. Casi al término de la misma, dado que me encuentro con fuerzas y tampoco he hecho tantos kms, vuelvo a desviarme a la izquierda en un giro de casi 180º e inicio el ascenso hacia el embalse de la Maliciosa.
Hay que decir que esta vertiente es bastante suave y llevadera. Nada que ver con la otra vertiente, la que sube desde la urbanización Vista Real. Es sin duda alguna una de las más duras subidas de toda la sierra. Es la primera vez que bajo por este lado, y viendo la pendiente desde esta perspectiva, me sorprende que haya sido capaz de subir varias veces por ahí. Cuando acabo el descenso, me incorporo a la pista que forma parte del camino de Santiago desde Madrid. Siguiendo las flechas amarillas, llego hasta casi Navacerrada pueblo. Otro pequeño desvío más para pillar camino de tierra y llego sin más novedad al coche.
El GPS marca 33 km. Os podéis descargar la ruta aquí.
2 comentarios:
Yo también realicé la misma ruta el mismo día que tú. Raro es que no nos viésemos por allí. La verdad es que solo encontré algún ciclista realizando la bajada del "calvario". Nos veremos en alguna otra ocasión. Saludos
Efectivamente, yo también me crucé con algún ciclista que bajaba el Calvario, y después con alguno que subía la Barranca. Al final terminaremos conociéndonos todos los bikers de la sierra. Saludos y buenas rutas
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