domingo, 30 de diciembre de 2007

30-12-07. Torrelodones, Molino de la Hoz



Estupidez humana. Humana sobra, realmente los únicos estúpidos son los hombres.

Jules Renard

Para terminar el año, he repetido la ruta de hace 15 días, pero esta vez completándola y evitando errores de orientación. He vuelto a comenzar en La Navata, para dirigirme hacia Torrelodones, y de aquí a Molino de la Hoz, también atravesando de nuevo los altos muros de la presa del Gasco. Hoy no he cometido el error anterior, y he podido coger la pista que, desde las cercanías de la presa, me ha llevado directamente a la urbanización Molino de la Hoz, concretamente a su entrada, frente a la residencia geriátrica. Desde aquí, por carretera, he llegado al Puente de Retamar, donde, tomando una pista a la derecha, se inicia la ascensión más larga de la jornada. Son 5 km con tramos bastante duros, pero también tiene zonas de descanso. Una vez acabada, en vez de tirar hacia Galapagar, me he dirigido directamente a Colmenarejo. Callejeando, he llegado a la urbanización Parque Azul. Al final de la misma tomo la pista de acceso a la ermita Nuestra Señora de la Soledad, de muy reciente construcción, ya que data del año 1.999. Siguiendo de frente según se viene del pueblo, se atraviesa una barrera e inicio el descenso hacia el pantano de Valmayor. Atravieso por debajo la carretera del Escorial y me dirijo hacia la urbanización Los Arroyos. Justo antes de llegar al colegio Gredos San Diego, me desvío a la derecha, por una pista que en suave ascenso me acerca hasta la puerta verde, donde se inicia el camino a Galapagar, a la altura de la urbanización El Rincón. Desde aquí, rápidamente me encamino hacia La Navata, por el camino del cuartel de la Guardia Civil. El cuenta señala 43 km cuando llego a casa. Por cierto, acabo de leer que la marcha de Valdemorillo de este año será el próximo 3 de Febrero. Habrá que ir pensando en prepararse.




domingo, 23 de diciembre de 2007

23-12-07. El Calvario. La Barranca

A veces pienso que Dios creando al hombre sobreestimó un poco su habilidad.

Oscar Wilde

Por fin ha llegado la nieve a la sierra. Nos marcamos una ruta por los aledaños, aunque hemos terminado viendo más de la que hubiéramos deseado. Iniciamos el recorrido en Collado Mediano, para dirigirnos por carretera hacia Los Molinos, por el Alto de la Serranilla. Desde aquí continuamos a Cercedilla, hacia el polideportivo, donde se inicia el camino del Calvario. Muy descriptivo el nombre. Por este camino llegamos primero al embalse de Navalmedio y continuamos ascendiendo. Aunque llega hasta el mismo puerto de Navacerrada, en esta ocasión lo abandonamos a la altura del Ventorrillo, en la carretera del puerto. En el tramo del Calvario entre el embalse y el Ventorrillo, podemos contemplar una de las curiosidades de la sierra: el famoso árbol de la cadena. Subiendo un rampón considerable, vemos a nuestra derecha un magnífico ejemplar de pino cuya base está abrazada por una cadena. De los eslabones, cuelgan letras en hierro fundido con la leyenda: "A su querida memoria 1840-1924". La historia nos cuenta que en el año 1924, pasaba unos días de asueto en el chalet del Hispano Americano enclavado en el Ventorrillo el que en ese momento era el director del diario El Sol. Descansaba en el pinar el buen hombre cuando le comunicaron el fallecimiento de su padre. Impresionado, quiso rendir un homenaje al autor de sus días. No se le ocurrió cosa más natural que salvar la vida del árbol bajo el que reposaba. Aquel altivo pino silvestre tenía en el tronco la marca de los hacheros. Así que, tras comprarlo al maderista, ciñó en su base una cadena con la sencilla frase citada. Antonio López Lillo en su documentado inventario de los árboles singulares de la región da fé de esta historia. El pino en cuestión todavía aguanta en pie. Cercano a los dos siglos de edad, crece a tiro de piedra de la otrora temible curva del Ventorrillo. Continuamos la ruta y después de bajar unos cientos de metros por la carretera, nos desviamos a la izquierda para tomar la pista de la Barranca. Desde el principio nos encontramos con nieve, que sin embargo no nos impide pedalear hasta que lógicamente, vamos ganando altura y llega un momento en que tenemos que patear. Dado que parece imposible llegar hasta el mirador de las Canchas, decidimos coger el atajo de la senda Ortiz, sin duda uno de los senderos más bonitos de toda la sierra de Guadarrama. Muy frecuentado por bikers y senderistas, se impone la máxima prudencia al recorrerlo. De ello depende la buena convivencia entre todos. Al finalizarlo, llegamos de nuevo a la pista del valle de la Barranca, en la vertiente situada bajo la imponente mole de la Maliciosa. Iniciamos un rápido descenso que nos lleva a Navacerrada pueblo. Desde aquí hasta Collado Mediano, metemos plato y le damos tralla para llegar a buen ritmo al punto de inicio y llegada de la ruta de hoy. Un total de 34 kms de ruta muy divertida y a ritmo alto excepto en los tramos en los que hemos tenido que patear a causa de la nieve.

sábado, 15 de diciembre de 2007

16-12-07. Torrelodones, Molino de la Hoz

Es totalmente cierto que el vino gana con la edad; cuanto más viejo me voy haciendo, más me gusta.”
Anónimo
Las aguas del ciclismo español siguen bajando turbias. Esta semana nos hemos enterado del positivo de Pecharromán. ¿La sustancia dopante?: ¡un crecepelo!. Lo siento por el pobre ciclista, que lo estará pasando muy mal, pero no he podido evitar soltar una carcajada cuando lo he leído. Ha dado positivo por ingerir una sustancia para combatir el síndrome de Hortaleza (tiene más pelos en los huevos que en la cabeza). Este tema se merece un monólogo en el club de la comedia.

La ruta de hoy tiene propiedad intelectual. La he sacado del siguiente enlace:


Gracias a su autor, Ciudadanodelmundo, por compartirla. Aunque originalmente se inicia en el Puente de Retamar, al vivir en La Navata, la he iniciado prácticamente en la puerta de mi casa. Es sorprendente que después de tantos años viviendo en la zona, todavía me queden por conocer senderos y caminos. El tramo entre La Navata y Torrelodones lo descubrí la semana pasada. Hoy, he descubierto el camino entre Torrrelodones y Molino de la Hoz. Primero discurre por una ancha pista de tierra. Después, se inicia un descenso por una pista hormigonada en una zona de zetas con una gran pendiente. Tiene que ser durísimo subirla. No me ha quedado muy clara la función de esta pista. Terminado el descenso, acaba bruscamente la pista y se inicia, durante varios kilómetros, un sendero casi escondido que debe ser un suplicio en verano, ya que te debes destrozar los brazos y las piernas con las jaras que lo invaden, hasta hacerlo desaparecer por momentos. Acaba en la presa del Gasco, una obra impresionante del siglo XVIII, que en su gestación constituyó el germen de una idea tan sencilla como descabellada nos podría parecer ahora: comunicar el interior de la península con el mar mediante canales navegables. Los consejeros de Carlos III debieron convencer a su rey de la viabilidad del proyecto, que consistía básicamente en comunicar mediante canales las cuencas fluviales de los ríos Guadarrama, Manzanares, Jarama, Tajo, Riansares, Zancara, Jabalón, Guarrizas, Guadalén, Guadalimar, y Guadalquivir. Se iniciaron las obras en el año 1785 y se interrumpieron definitivamente en el año 1799, cuando una terrible tormenta destruyó parte del muro meridional. A partir de ahí se abandonó el proyecto. Además de los restos de la presa, no aptos para personas con vértigo, se pueden contemplar tramos del canal cerca de la presa, así como en Las Matas. Una vez atravesada, con precaución ( tiene una altura de 70 mts., ahí es ná) he tenido un pequeño despiste y he salido a la carretera del Escorial antes de tiempo, por lo que en rápido descenso me he dirigido hasta el puente de Retamar, donde se inicia la pista de subida hasta Colmenarejo, con algunos tramos bastante duros en los que se hace necesario el plato pequeño. Dado que andaba mal de tiempo y el resto de la ruta lo conozco bien, he optado por dirigirme directamente a casa tras haber completado 35 km. Eso sí, me he creado una asignatura pendiente con esta ruta. He de completarla y además sin los pequeños despistes de hoy.


domingo, 9 de diciembre de 2007

9-12-07. Pequeña ruta para mantener la forma

Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro.

Albert Einstein
Después de dos semanas de inactividad debido a una contractura lumbar, y desoyendo los sabios consejos del médico, me he quitado el mono de bici de la mejor manera, haciendo una pequeña ruta. Ya se sabe que lo mejor para evitar la tentación es caer en ella. Eso sí, sin grandes alardes, solo han sido 31 km. He aprovechado para explorar nuevos caminos que tenía pendientes cerca de casa. Había visto en el Google Earth un camino que, desde La Navata, concretamente desde la urbanización Riomonte, llegaba hasta la urbanización Los Jarales, en Torrelodones. La verdad que ha resultado un camino muy bonito. Sale a la carretera de Torrelodones-Galapagar, y después he cogido la local M-852 hasta llegar a la carretera del Escorial, que he atravesado para, por el camino que sube pegado a la finca el Chaparral, llegar a Colmenarejo. Desde aquí, callejeando y cogiendo nuevas pistas, he llegado al embalse de Valmayor. Me sorprende que con un otoño tan seco, siga estando casi a su nivel máximo.
Probablemente estarán haciendo aportaciones desde el embalse de Picadas, sino, no tiene explicación. Se hace raro no ver un triste charco en todo el camino. Cojo la carretera que va hacia los Arroyos y me desvío hacia el camino de la puerta verde, por el que llego a Galapagar. Aprovechando que he ido a un ritmo más globero aún de lo que soy habitualmente, he aprovechado para hacer fotos. Estaba el día idóneo para ello. Incluso ha acompañado la temperatura. Después de las últimas heladas, hoy el termometro no ha bajado de 10 ºC. Esta vez, en vez de subir de Galapagar a La Navata por el camino del cuartel de la Guardia Civil, lo hago por la carretera. Espero que a partir de la próxima semana pueda reanudar las rutas en condiciones. Espero también, que lleguen pronto las lluvias, a poder ser exceptuando las horas en que coja la bici.