miércoles, 8 de octubre de 2008

5-10-08. La Barranca

Tengo dos problemas para jugar al fútbol. Uno es la pierna izquierda. El otro es la pierna derecha.
Roberto Fontanarrosa

Cuando no tenemos ganas de estrujarnos las meninges buscando o diseñando una ruta nueva, la decisión es sencilla: vámonos pa la Barranca. Es un recorrido que, no siendo muy largo, tiene de todo: dureza, buenos paisajes y tramo de carretera para meter plato. Como siempre, salimos de Collado Mediano subiendo por las empinadas rampas del depósito de agua para dirigirnos al Reajo del Roble (esto es el nombre de una urbanización serrana, a saber su significado).


Bordeando el embalse de Navacerrada, con la Maliciosa al fondo

Esta vez, en vez de dirigirnos a Navacerrada pueblo, optamos por bordear el embalse. Vemos que los meses de verano han hecho mella en el volumen de agua embalsada. Al poco, atravesamos la carretera de Cerceda e iniciamos la subida, primero hasta el Hotel y posteriormente adentrándonos en el valle en medio de la frondosa vegetación. Nos sorprende la cantidad de senderistas con los que nos cruzamos, familias enteras dispuestas a pasar un día en el monte, Un par de ellos nos preguntan por el área recreativa recientemente abierta, con tirolinas y otras atracciones de ese tipo. Está situada una vez pasados los dos embalses, en la primera curva a izquierdas que nos encontramos. Aunque da la sensación que hoy está cerrada. Continuamos ascendiendo hasta llegar a la fuente, donde repostamos. A partir de aquí, y tras superar un falso llano, comienzan los dos últimos y durísimos kilómetros de la subida. No queda otra que meter plato pequeño y apretar los dientes. Observo sorprendido que mi hermano, el llaneador solitario, aguanta perfectamente mi ritmo, a pesar de la diferencia de peso entre los dos. Esto no es algo que mi amor propio pueda asumir fácilmente, por lo que, en el último tramo, esprinto y echo el bofe para distanciarle ligeramente. Después, en el tramo de carretera, se tomará cumplida venganza. Paramos como siempre un rato en el mirador de las Canchas. Tomamos las inevitables barritas (qué ganas tengo de llevarme un domingo un grasiento bocata de panceta).

En lo profundo del valle de la Barranca

Unas amables y bellas senderistas, nos preguntan por la posibilidad de bajar desde el mirador hacia el aparcamiento de la Barranca por el otro lado, o sea, el que se dirige a la carretera de Navacerrada. Les decimos que sí, que bajen por la pista y, a unos dos kms, en una cerrada curva a derechas,
tomen el camino Ortiz. Y que no se preocupen, que está señalizado con un cartel. Nosotros también bajamos por ahí y cuando llegamos a la curva, nos llevamos la desagradable sorpresa de comprobar que algún desaprensivo ha arrancado el cartel. Esperemos que las senderistas hayan sido capaces de encontrar el camino correcto. En principio, en los informativos no han dado noticias de dos chicas desaparecidas en la Barranca. Pero seguro que el desliz les ha servido para acordarse de toda nuestra familia. Disculpas.

Panorámica del mirador de Las Canchas

Cuando terminamos el descenso por la pista, cerca del Ventorrillo, tomamos la carretera, territorio champions de mi hermano. A duras penas consigo pillarle rueda. Menos mal que son pocos kms, hasta que volvemos sin mayor novedad al punto de inicio.
Aquí, la ruta en wikiloc.
Y
aquí, la contracrónica. Hay que ver...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Eso de amables y bellas...

El Globero

Anónimo dijo...

Para los dos hermanos.
Es gratificante compartir paisajes y momentos...

Anónimo dijo...

menudos paisajes teneis por ahi,lo apuntare en mi agenda,quien sabe algun dia.......
enhorabuena por el blog