Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo.
Oscar Wilde
Afortunadamente, todavía quedan rincones por descubrir en las montañas madrileñas. La Cabrera, en las estribaciones de la Cuerda Larga de Guadarrama, es una pequeña serranía de 4 km de longitud, y discurre de Este a Oeste. En su extremo oriental, se yergue el Pico de la Miel, de 1.392 mts de altitud, de verticales paredes y con muchas vías de escalada. No es por tanto, una sierra que destaque por su gran altura, pero sí por su belleza. Circulando por la A1 en dirección a Burgos, su silueta y sus formaciones rocosas son inconfundibles.
La ruta comienza en el pueblo de Navalafuente, en el aparcamiento situado en la entrada según se viene desde Guadalix de la Sierra. Prácticamente desde el inicio se comienza a ascender, al principio por una pista en buen estado. Salvo un pequeño tramo con mucha piedra suelta, seguimos así hasta llegar a Bustarviejo. A la vuelta de un recodo aparece el pueblo. Bueno, lo primero que aparece es un engendro de macrourbanización de chalets situada en la ladera de la montaña que daña la vista. El arquitecto que la diseñó, (y el alcalde, y el concejal de urbanismo...) o no se había tomado la medicación o, cuando en la escuela explicaron el concepto de "arquitectura integrada en el entorno", hizo pellas. Es verdaderamente monstruosa. Y resulta también difícil de entender a los "felices propietarios". ¿Qué aliciente encontrarán en una vivienda así?.
En dos palabras: ho-rroroso
Pero mejor seguir con la ruta. Afortunadamente, las vistas son espectaculares salvo en ese ángulo. El siguiente punto de destino es Valdemanco. Desde aquí, se inicia una subida constante que enseguida nos acerca hasta la cañada real segoviana. Da gusto transitar por ella. Sin dejarla en ningún momento, alcanzamos la cota más alta de la ruta, el Puerto del Medio Celemín, a 1.303 mts. de altura.
Este alto toma su nombre del diezmo que el señor de Buitrago se cobraba como peaje por utilizar el paso. El monto era de medio celemín de grano (2,3 litros) por cada fanega (55,5 litros o 12 celemines) que los lugareños llevaban a moler a las aceñas (molinos de grano situados en los cauces de los ríos) del Lozoya. Ahora, afortunadamente, solo nos paramos en el alto para contemplar las espectaculares vistas que nos regala, aunque todo se andará y terminaremos pagando hasta por eso. Disfrutemos mientras podamos.
El tema éste de los peajes viene de muy antiguo. Ya lo contaba el Arcipreste de Hita. Día de San Meder de 1329: el Arcipreste, perdido en medio de la ventisca, se topa con la Chata, la portazguera de Malagosto, un puerto cercano a Rascafría: “Yo guardo el portadgo e el peaje cojo; / el que de grado me paga, non le fago enojo; / el que non quiere pagar, presto lo despojo”. Convincente la muchacha.
A partir de este momento, transitaremos por la cara norte de la Cabrera. Primero afrontamos una larga bajada hasta llegar al cruce con una carretera. Desde aquí, una vez abandonada la cañada real, alternamos pistas con senderos en un continuo rompepiernas. Lo más significativo es la cantidad de vadeos que nos encontramos. A pesar de empaparnos los pies con el agua helada, ¡qué gusto da ver tanta agua!. Por momentos, viendo tanta humedad y rodeados de robles, nos parece estar en latitudes más norteñas.
Así, nos vamos acercando a la autovía de Burgos. Cuando llegamos a su altura, giramos bruscamente hacia el sur y nos encontramos con una subida imposible (imposible para mí, se entiende). Hala, a practicar empujabike. Entramos en el pueblo de La Cabrera, a los pies del pico de la Miel.
Este alto toma su nombre del diezmo que el señor de Buitrago se cobraba como peaje por utilizar el paso. El monto era de medio celemín de grano (2,3 litros) por cada fanega (55,5 litros o 12 celemines) que los lugareños llevaban a moler a las aceñas (molinos de grano situados en los cauces de los ríos) del Lozoya. Ahora, afortunadamente, solo nos paramos en el alto para contemplar las espectaculares vistas que nos regala, aunque todo se andará y terminaremos pagando hasta por eso. Disfrutemos mientras podamos.
El tema éste de los peajes viene de muy antiguo. Ya lo contaba el Arcipreste de Hita. Día de San Meder de 1329: el Arcipreste, perdido en medio de la ventisca, se topa con la Chata, la portazguera de Malagosto, un puerto cercano a Rascafría: “Yo guardo el portadgo e el peaje cojo; / el que de grado me paga, non le fago enojo; / el que non quiere pagar, presto lo despojo”. Convincente la muchacha.
A partir de este momento, transitaremos por la cara norte de la Cabrera. Primero afrontamos una larga bajada hasta llegar al cruce con una carretera. Desde aquí, una vez abandonada la cañada real, alternamos pistas con senderos en un continuo rompepiernas. Lo más significativo es la cantidad de vadeos que nos encontramos. A pesar de empaparnos los pies con el agua helada, ¡qué gusto da ver tanta agua!. Por momentos, viendo tanta humedad y rodeados de robles, nos parece estar en latitudes más norteñas.
Así, nos vamos acercando a la autovía de Burgos. Cuando llegamos a su altura, giramos bruscamente hacia el sur y nos encontramos con una subida imposible (imposible para mí, se entiende). Hala, a practicar empujabike. Entramos en el pueblo de La Cabrera, a los pies del pico de la Miel.
El Pico de la Miel
Aunque no se aprecia en la foto, había dos cordadas de escaladores colgadas de la pared. En el mundo de la escalada, esta zona está considerada como la hermana pequeña de la Pedriza, situada más al oeste y verdadero paraíso de las vías en roca.
Continuamos por carretera hasta Valdemanco. Durante un corto tramo, se pedalea junto a las vías del tren, antes de tomar un camino que nos llevará de nuevo al punto de inicio de la ruta. Aquí tenemos que sufrir de nuevo un fuerte descenso por una trialera en muy mal estado. Es lo único que no me ha gustado de esta ruta. El resto, dureza, desniveles y sobre todo paisajes, sobresalientes. Aquí, el track de la ruta.
Continuamos por carretera hasta Valdemanco. Durante un corto tramo, se pedalea junto a las vías del tren, antes de tomar un camino que nos llevará de nuevo al punto de inicio de la ruta. Aquí tenemos que sufrir de nuevo un fuerte descenso por una trialera en muy mal estado. Es lo único que no me ha gustado de esta ruta. El resto, dureza, desniveles y sobre todo paisajes, sobresalientes. Aquí, el track de la ruta.
2 comentarios:
Hola Chema, soy Fran Lorente, de www.rutasporalcazar.com
Estaría interesado en hacer un intercambio de enlaces con tu blog. Yo ya te he enlazado (apartado Comunidad de Blogs MTB).
Un saludo, nos vemos por los caminos..
Cada dia mejor aita. El orgullo me invade!
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