No, el éxito no se lo deseo a nadie. Le sucede a uno lo que a los alpinistas, que se matan por llegar a la cumbre y cuando llegan, ¿qué hacen? Bajar, o tratar de bajar discretamente, con la mayor dignidad posible.
Gabriel García Márquez
¡Brrrr, qué frío!. Este podría ser el resumen de la ruta de hoy. Cuando la hemos iniciado, en Alameda del Valle, el termómetro del coche marcaba -3º. Y así hemos continuado en gran parte, ya que hemos transitado por la cara norte de la montaña, y en un cerrado bosque que no dejaba pasar los rayos del sol. Era un buen día para haber elegido la ladera de enfrente del valle del Lozoya, por ejemplo subiendo a Malagosto. Veíamos, mientras tiritábamos en la subida, la ladera sur de los montes Carpetanos a pleno sol. No es que la diferencia fuera mucha, pero siempre se agradecen los tibios rayos.Y eso que hemos empezado primero en un falso llano y luego en dura subida hacia el alto de la Majada del Cojo, lo que en teoría nos iba a permitir entrar en calor, pero ni por esas. Por cierto un puerto que, si estuviera asfaltado daría mucho que hablar por su dureza. Afortunadamente, los de las ruedas gordas lo podemos disfrutar en exclusiva.
Es una subida que sólo la conocía en sentido contrario, y voto a Bríos que no es lo mismo bajar que subir. Al terminar, y tras un breve y suave descenso, enlazamos con el GR-10, en el tramo que une los puertos de Morcuera y Canencia.
Aquí el frío era ya insoportable, acrecentado además por la velocidad adquirida en el descenso. Este tramo, que ya lo conocemos bien de las rutas por Miraflores de la Sierra, habitualmente suele estar muy concurrido, tanto por ciclistas como por senderistas. Hoy solamente nos hemos cruzado con un ciclista que llevaba una bici de ciclocros, y con unos paseantes que llevaban un rotweiler. Me quedo con la bici.
Al llegar al puerto de Canencia, hemos decidido bajar rápidamente al pueblo y buscar algún rincón soleado para comer algo. También hemos pensado entrar en algún bar y tomarnos unos caldos bien calientes, pero por la ley de Murphy, estaba claro que ninguno de los dos debíamos llevar hoy dinero.
A partir de este pueblo hemos tomado una vía pecuaria en perfecto estado, de zahorra compactada. Esta pista, salvo algún pequeño atajo intermedio, nos va a llevar hasta el final de la ruta. Y continúa más lejos, hasta el puente del Perdón, en Rascafría. Recorre por tanto, casi todo el valle de Lozoya. Como es prácticamente llana, resulta perfecta para recorrerla tranquilamente, en plan paseo, ya sea andando o en bici. Poco antes de llegar al pueblo de Lozoya, nos encontramos con el embalse.
Como todos los de la región, anda escaso de agua. A ver si empieza a llover de verdad. La pista que seguimos lo bordea en su totalidad, hasta Pinilla del Valle, donde está la cola. Desde aquí, solamente restan 3 km hasta Alameda del Valle para acabar la ruta.
Los datos de Wikiloc indican una ruta de casi 44 km, con una dura subida inicial y el resto en descenso o llaneando. Muy recomendable en cualquier época del año, eso sí, con temperaturas adecuadas al común de los mortales.
Ya que estamos en época navideña, tiempo de festejos y jolgorios, voy a colgar un vídeo apropiado para la ocasión. Se trata de una versión del tema de Bob Dylan "Knockin'on Heaven's Door" interpretado por el estrafalario grupo finlandés The Leningrad Cowboys. Y lo más increíble, acompañados por los coros del ejército ruso. A ratos parece que están de coña, pero el resultado final es más que digno.